Muchas empresas dicen que sus empleados son sus activos más importantes, pero pocas son coherentes con esta afirmación. A medida que los empleados ganan poder en la negociación de sus condiciones de trabajo, se comportan menos como «bienes» y más como «propietarios» de un capital. Su capital es la capacidad, el esfuerzo y el tiempo con que contribuyen a una empresa.
En este libro se expone cómo atraer, desarrollar y retener a personas que son capaces de aportar ventajas competitivas a la empresa. Asimismo, se describen estrategias específicas que las empresas y los empleados pueden utilizar para construir relaciones mutuamente beneficiosas en el marco de la nueva economía del conocimiento.