Augusto Monterroso nos transmite la cultura de la cotidianidad, el sentir de la miscelánea de su tiempo y el valor de las joyas ocultas que deslumbran al ser descubiertas. Movimiento perpetuo es una buena muestra de estas pequeñas-grandes construcciones lúdicas son menos intensas y sabias, y no por sabias e intensas menos divertidas. La lectura de esta obra asegura una sonrisa y más de una reflexión sobre el gran juego de la vida.
"El humor es una máscara y la timidez otra. No dejes que te quiten las dos al mismo tiempo" dice Monterroso, uno de los grandes escritores latinoamericanos y, sin duda, uno de los maestros del relato breve.