Sucintas, intensas, bellas, revelladoras, deslumbrantes, estas fábulas son una excelentísima muestra del mejor talento de uno de los grandes maestros del relato corto.
Es como si cada historia estuviera contada en un gesto. No hay exceso ni demasía. Hay pulso y sobre todo la fuerza de una creación que irrumpe y transforma.
Augusto Monterroso es uno de los grandes escritores latinoamericanos de nuestro tiempo, que logra seducirnos, de principio a fin, con su prosa rápida y amena.