Un asesino en serie está aterrorizando la ciudad, acuchilla los rostros de sus víctimas antes de matarlas. Pero cuando el culpable es detenido, éste alega haber sido poseído por el espíritu de una antigua y maliciosa gárgola y expresa su temor lo mismo a alguien más. Cuando las brutales muertes continúan, pese a estar el asesino detenido en una prisión de seguridad, los agentes especiales Mulder y Scully intervienen en el caso. ¿Se trata del trabajo de un imitador? ¿O tal vez una fuerza demoníaca es la responsable? Mulder sólo piensa en una manera de resolver la incógnita: para capturar a un monstruo debes convertirte en monstruo...