Hay que conocer mundo. Esta es la enfermedad que ataca con tremenda virulencia a los amigos de Dave durante todo el año previo a su entrada en la universidad. Las cumbres del Himalaya, Indonesia, Oceanía: cuanto más lejos y más exótico, mejor. Y luego se puede poner en el currículum. Ahora Dave y Liz, la novia de su mejor amigo, emprenden viaje a la India. Ella espera encontrar iluminación interior; él desea encontrarla a ella en su cama. Apenas pone el pie en Delhi, a Dave le asalta la sospecha de que las cosas no se van a desarrollar según lo previsto. Pero todo sea porque al volver a casa, y entrar en la universidad, pueda decir: «Sí, yo he viajado». Una novela hilarante, agridulce, fresca, con unos diálogos muy ingeniosos y unos personajes sabiamente perfilados.