En el nuevo siglo XXI, cuando se consolidan la sociedad de la información y la era de las finanzas, cuando irrumpe en la historia una nueva realidad europea, la empresa triunfadora será una empresa proactiva, consciente de que la economía y la sociedad reclaman un liderazgo empresarial responsable y capaz de fomentar un crecimiento sostenible del bienestar social.
Ante las nuevas responsabilidades de la empresa en la moderna economía de mercado, el empresario, además de la capacidad creativa y de innovación, así como la habilidad para integrar los diversos elementos que componen la empresa, debe adquirir nuevas dimensiones culturales y espirituales y nuevas responsabilidades sociales.