Como expresión más depurada de una cultura, la poesía española discurre por un camino ya milenario en el que se ha enriquecido con las aportaciones de una multitud de poetas que, para manifestar sus más variados y profundos sentimientos, la han utilizado y enriquecido. Son diez siglos de fina decantación de sonidos, acentos y entonaciones: desde el quejido lastimero al susurro; del alarido al hablar quedo. Un océano de gargantas unidas en una voz común.