Introducción, traducción y notas de José Miguel García Ruiz. El canon de los diez oradores áticos, tal como lo establecieron los filólogos del Museo, alejandrinos comprendía las obras de Andócides, Antifonte, Demóstenes, Dinarco, Esquines, Hiperides, Isócrates, Iseo, Licurgo, y Lisias. Este tomo alberga los discursos y fragmentos conservados de cuatro de ellos, habitualmente calificados como "oradores menores": de Licurgo, Dinarco, Démades e Hiperides. Los cuatro pertenecen a la misma época, la del máximo florecimiento ateniense de la oratoria: el siglo IV a. C. Después de los sofistas, que sentaron las bases y reglas teóricas y escribieron los primeros manuales técnicos, las téchnai rhtorikaí, sobre el arte de los discursos, son los grandes oradores de la Atenas del siglo IV, es decir, posteriores a la Guerra del Peloponeso, quienes llevaron el género a su madurez y máximo esplendor. Si en la democrática Atenas fue siempre muy importante dominar el arte de la palabra en las asambleas y los tribunales, fue precisamente en esa época en que la ciudad sufre tremendas crisis políticas y ve amenazada su libertad por el poderío macedonio, cuando surgen los más brillantes oradores, como Demóstenes y Esquines, y también estos cuatro maestros en el arte de la palabra. Cultivaron la oratoria en las tres especies o géneros que algo más tarde analizaría muy bien Aristóteles en su Retórica: el tipo deliberativo o político, el judicial o forense, y el epidíctico. Como los demás oradores clásicos, alternaron su oficio de logógrafos, es decir, autores de discursos forenses (de acusación o defensa) con otras arengas políticas o de aparato. La mayoría de los discursos aquí recogidos pertenecen al género forense, pero algunos son de carácter político, como, por ejemplo (en su sentido más hondo) el Contra Leócrates de Licurgo, el Contra Demóstenes de Dinarco, y el fragmentario Sobre los doce años de Démades, mientras que el Epitafio de Hiperides es un excelente ejemplo de retórica epidíctica. Literariamente estos textos son importantes como muestras del desarrollo de la prosa griega, pero culturalmente lo son, tanto o más que por su brillantez formal, por sus testimonios sobre la vida política y cotidiana de la Atenas de su tiempo. Aquí se presentan con precisas y claras introducciones a cada autor y texto.