Establece el camino budista completo enmarcado en los tres niveles de motivación del
practicante representado por los caminos hinayana, mahayana y vajrayana.
El texto de Atisha se convirtió así en el origen de las tradiciones del Lam Rim o estadios graduales
en el camino a la Iluminación, un acercamiento a la práctica espiritual que forma parte
de todas las escuelas de budismo tibetano.