Esto es lo que escribe Anthony Kenny en su introducción al presente libro, que reúne en un conjunto sistemático los resultados de veinticinco años de actividad en el campo de la filosofía de la mente.
El volumen intenta lanzar un ataque en toda regla contra una concepción falsa de la mente que, a su vez, resulta ser metafísica en el sentido más peyorativo de la palabra, es decir, tal como la usaron los positivistas. Pero su propósito más estimulante es mostrar la importancia de un marco metafísico sólido sin el que la filosofía de la mente estaría condenada el fracaso. En este sentido, la estructura argumentativo del texto, claramente, procede de Gilber Ryle. Su filosofía, en cambio, deriva de Aristóteles y Wittgenstein. Como ha dicho Peter Carrthers, del Times Litarary Supplement, se trata de una obra