Postman plantea la crisis que atraviesa la educación como el fracaso de los dioses que han regido nuestras sociedades hasta ahora. Ni las ideologías nacionalistas, ni las nuevas tecnologías, ni el consumismo exacerbado han sido capaces de proporcionar una base estable a la educación. El fin de la educación ofrece una serie de propuestas para que la escuela recupere una función educativa que sustituya el enfoque instructivo dominante, demasiado pendiente de teorías pedagógicas efímeras, de intereses políticos particulares y de cubrir las lagunas educativas que otrora se resolvían en el seno de la estructura familiar