Rebecca regresa por fin a casa, pero entonces tropieza con una Rebecca bastante impertinente. ¿Quién es esa impostora exactamente igual a ella que ocupa su habitación y se come su comida? ¿Por qué no se puede acercar a su doble sin sentir unas terribles náuseas? Rebecca tendrá que emplearse a fondo para recuperar su vida y no dudará incluso en viajar de nuevo al futuro.