La vejez es la contrapartida evolutiva del desarrollo. El patrón de cambio más evidente y característico es el enlentecimiento, definido como "tiempo necesario para cualquier tarea que requiera la mediación del sistema nervioso central". En los ancianos se refleja en cambios en la actividad eléctrica cerebral y en mayores tiempos de reacción para todas las actividades.
Desde una perspectiva evolutiva se ha hablado de involución, pérdida de capacidades y deterioro en la vejez.
El concepto de involución se ha relacionado con el concepto de regresión y significa la desorganización de las funciones más complejas y se aplica especialmente a los fenómenos lingüísticos que tienen lugar en la afasia, como consecuencia de lesiones cerebrales.
El sistema lingüístico se ve afectado en su complejidad y en su organización jerárquica, alterándose las funciones más complejas y más evolucionadas o superiores jerárquicamente.
El término involución se refiere a la desorganización o desestructuración de procesos complejos que se han ido construyendo a lo largo del desarrollo (infancia, juventud, etapa adulta). El proceso de involución puede ser diverso y referirse a algunos aspectos del desarrollo, especialmente a la eficacia en el procesamiento.
Desarrollo, deterioro e involución son tres conceptos relacionados con la construcción de uno de los sistemas más evolucionados y perfectos de la especie humana y de uno de los mecanismos más específicamente humanos como es el lenguaje.