Hay preguntas intrascendentes (?¿Cómo te llamas??), preguntas intemporales (?¿Qué haremos mañana??), preguntas impertinentes (?¿Dónde estabas ayer por la tarde??) e incluso preguntas estúpidas (?¿Todavía me amas??). Sin embargo, también hay preguntas desconcertantes: ¿qué es el bien?, ¿qué es la belleza?, ¿qué es la felicidad?, ¿qué es la justicia?, ¿qué es la cultura?, ¿qué es la historia?, ¿qué es el amor?, ¿qué es la filosofía?, ¿qué es el tiempo?, ¿qué es la verdad?, ¿qué es el poder?, ¿qué es el hombre?, ¿qué es la muerte?, ¿qué es la libertad?, ¿qué es la sociedad?, ¿qué es el lenguaje?, ¿qué el placer?, ¿qué es la vida?, ¿ser o no ser?... El tipo de cuestiones capaces de provocarnos un escalofrío con sólo pensar que podemos topar con ellas en algún examen. La clase de preguntas que, en boca de nuestros hijos, pueden producirnos sudores fríos de imprevisibles consecuencias. La forma de interrogantes que siempre deseamos que nuestros padres, maestros, amigos o amantes hubieran tenido el valor de afrontar, aunque sólo fuera de refilón.
Unas demandas a las que este libro pretende dar respuesta, aunque sea parcialmente... Y es que ese mismo carácter endiablado de las cuestiones justifica que el autor se haya atrevido a afrontarlas, inicialmente, de forma indirecta, utilizando e interpretando una serie de historias elementales y sabias de muy diversas procedencias: de Walt Disney a la Biblia, pasando por los griegos, la tradición judía, Mesopotamia, los hermanos Grimm o, pongamos por caso, Shakespeare, Tarzán y Jean-Claude Van Damme... Un conocimiento primordial al cual ha intentado sumar la fuerza de las ideas, la magia de las palabras y la contundencia de los hechos, aunque sólo sea el relato de alguna batallita?