• OASIS, EL (TELA)

    GEDGE, PAULINE SALAMANDRA EDICIONES Ref. 9788478885015 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    En esta trilogía «Señores de las Dos Tierras», Pauline Gedge abordael período comprendido entre la XII y la XVIII dinastías, una época escasamente conocida de la historia egipcia pero fundamental para comprender el posterior brillo y esplendor de una cultura que fascina a millones de personas.Si en ...
    Ancho: 150 cm Largo: 230 cm Peso: 250 gr
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    18,30 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-7888-501-5
    • Encuadernació : Otros
    • Data d'edició : 01/12/1999
    • Any d'edició : 1999
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : GEDGE, PAULINE
    • Traductors : WATSON, VALERIA
    • Número de pàgines : 416
    • Col·lecció : NOVELA HISTÓRICA
    • NumeroColeccion : 4235
    En esta trilogía «Señores de las Dos Tierras», Pauline Gedge aborda

    el período comprendido entre la XII y la XVIII dinastías, una época escasamente conocida de la historia egipcia pero fundamental para comprender el posterior brillo y esplendor de una cultura que fascina a millones de personas.

    Si en La ciénaga de los hipopótamos ?la primera parte de la trilogía?, el rey Seqenenra, perteneciente a la estirpe de los Tao, antiguos conquistadores del Nilo, inicia la lucha para expulsar a los invasores hicsos, en esta segunda es el príncipe Kamose, su hijo y heredero, quien prosigue la insurrección para unificar el reino y desalojar a los extranjeros que están acabando con las costumbres y tradiciones milenarias.

    Con un ejército de cincuenta y cinco mil hombres, las victorias y devasta-ciones se suceden a lo largo del Nilo hasta que las tropas llegan a los muros de la inexpugnable Het-uart, la ciudad donde se encuentra Aqenenra Apepa, el rey usurpador que ha tomado como esposa a Tani, la hermana menor del príncipe. Ante la prolongación del asedio y la inminencia de las inundaciones, Kamose decide esconder a sus soldados en un oasis del desierto hasta la retirada de las aguas y tender allí una trampa a su mortal enemigo. Sin embargo, a pesar de las victorias cosechadas, Kamose mantiene la sospecha oculta de no ser el verdadero elegido por los dioses como rey de Egipto, lo cual, unido a la angustia por la inevitable crueldad de su campaña y al presagio de una muerte próxima, hará mella en su salud mental.