Germen de Dios, semilla del diablo está ambientada en el periodo comprendido entre 1928 y 1945, uno de los periodos más convulsos de nuestra historia reciente, clave para comprender la España actual y sus conflictos.
Salvador Montoro ha perdido al único ser que le quedaba vivo, su madre. Sin embargo, por imposición de Fausta, tía de Salvador, consigue que el patriarca de los Montoro le acoja en su casa a pesar de que no le considera sino un bastardo. Aunque con un inicio en su relación con su abuelo muy negativo, el tiempo y la convivencia lograrán que se establezca entre ambos un vínculo que derivará en un afecto sólido y entrañable que se extenderá ya por siempre.
Ya como Montoro de pleno derecho, deberá el futuro patriarca de la casta, Salvador, demostrar su condición de ser germen de Dios o de semilla del diablo, así como los demás Montoro lo hicieron a lo largo de la Historia, y tendrá su oportunidad de hacerlo siendo aún muy joven, porque estalla la Guerra Civil y él, como toda su quinta, es movilizado, cayéndole en suerte el deber de conducir a una caravana de niños desde Madrid hasta Valencia, ya que la derrota final está próxima y nada le queda a la República qué hacer por evitarla, salvo impedir que sucumban aquéllos que en su bando consideran los más puros: los niños.
Con la prosa más encomiable, la belleza literaria más profunda y el marco fascinante y terrible de los hombres aliados y enfrentados por sus ideas y sus esperanzas, el amor y el odio, la paz y la guerra y la fidelidad y la traición se dan cita en esta obra memorable, enfrentándose los personajes con su propia naturaleza a fin de demostrar su condición.