La utilización reciente de la expresión non profit en la discusión social y económica puede llevar a pensar que se trata de un fenómeno reciente. En realidad, aunque no se haya denominado con este término, el non profit en España es de antigua tradición, anterior incluso a la formación misma del Estado. Trasladar artificialmente el debate sobre el non profit al plano ideológico no es sino una forma de exorcizar la verdadera cuestión: la del valor efectivo y la utilidad pública de los servicios prestados por las realidades non profit, que es lo que a menudo ha pretendido ignorarse. En nombre de un estatalismo omnipresente, que deja sin fuerzas a las finanzas públicas, el sector non profit se ha visto coartado y muy limitado en su acción. Una concepción de Estado de este tipo no reconoce la primacía de la sociedad civil ---ni el de la persona o grupos intermedios--- sobre el Estado y tiende a legitimar el deseo jacobino de construcción de la sociedad mediante el Estado. La historia del non profit, en cambio, no es sino la prueba documental de la vitalidad y del papel premonitor de la sociedad civil con respecto al Estado a la hora de aportar respuestas a las necesidades públicas.