El arte hindú es considerado tradicionalmente como un camino de realización. La experiencia estética pura supone un éxtasis que anticipa la realización y la plenitud espiritual. El símbolo (analizado aquí sobre todo en la arquitectura y la escultura) se muestra como el modo privilegiado de representar y revelar lo Sagrado. La contemplación del símbolo artístico permite la profundización en niveles de conciencia y de la realidad hasta acceder a la identificación con el objeto contemplado. La contemplación que el artista debe haber ejercitado sobre el aspecto de la realidad que trata de expresar a través de su creación ha de ser igualmente practicada por aquel que accede al goce estético mediante la contemplación de la obra de arte. De ahí que arte sea considerado como un yoga (shilpa-yoga) y la meditación (dhyana) su herramienta principal.