Nada le gustaba más a Osito que visitar a su abuelo cada viernes. Merendaban juntos y luego subían a la casa del árbol en el jardín para contemplar el mundo desde allí. El abuelo le explicaba a Osito historias de cuando él era pequeño. Pero un buen día se llevaron a su abuelo al hospital. Estaba demasiado débil para segui explicándole a osito sus historias. Ésta vez fue Osito quien contó una historia y cuando acabó, el abuelo cayó en el más profundo sueño.