En este poemario, Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941) pasea su mirada por diversas obras maestras de la pintura. Nos dice, en el prólogo, Pere Gimferrer: «La belleza de los textos es aquí turbadora ante todo. Tenemos la sensación de hallarnos ante alguien que relata vívidamente historias, como un narrador andariego o un juglar (por no decir como Scherezade); pero estas historias, aunque contengan belleza e ironía, no se proponen meramente resultar gratas o placenteras. Van más allá: exploran y ahondan (como, por otro lado, la pintura) en regiones con las que habitualmente evitamos encararnos. Suyo es el territorio de las pulsiones últimas: el deseo, la posesión, el riesgo, el acoso, el centro esencial de nuestra soledad... Abrir este libro es entrar en nuestras galerías interiores; la mirada que ahí vemos, de esfinge o de gorgona, es nuestra mirada. Eso distingue a la verdadera literatura».