Sólo una escritora con la ironía punzante y demoledora de Birgit Vanderbeke es capaz de abordar el eterno tema de las relaciones entre hombre y mujer desde un ángulo tan inusitado como mordaz. Imaginemos dos personas que se quieren desde siempre y que, al mismo tiempo, son incapaces de pasar veinticuatro horas juntas. Alberta y Nadan saben que están hechos el uno para el otro, pero nunca han conseguido que su relación funcione. Los dibujos de la corbata de Nadan, el abrigo demasiado grueso de Alberta, cualquier detalle o situación es motivo de conflicto. Así, la imposibilidad de superar las desavenencias les ha obligado, muy a su pesar, a renunciar a una vida en común. Hasta aquí, ésta podría ser una banal historia de amor imposible, de no ser porque hay otros elementos que reclaman su protagonismo. Hay una narradora en primera persona que vive en el sur de Francia y declara haber escrito la historia de Alberta y Nadan mientras esperaba a su marido, que trabaja en Lyón. Todo parece claro, hasta que la similitud entre Alberta y la narradora despierta las sospechas del lector, que en un juego de verdades y mentiras, entre el asombro y el humor, tendrá que descubrir quién es quién y quién hace qué con quién.
Con una prosa cada vez más depurada, la autora de Mejillones para cenar y Tiempos de paz ha escrito una historia que, con la aparente sencillez de lo perfecto, funciona como un mecanismo de relojería tan divertido como desconcertante. El formidable éxito obtenido con esta novela en Alemania ?donde estuvo durante varias semanas en los primeros puestos de ventas? ha confirmado a Birgit Vanderbeke como una de las voces más interesantes de la narrativa actual de su país.
«Su hábil técnica de la composición... dan al libro ese brillo especial que conforma una joya literaria.» Christiane Schott, Der Spiegel
«Impresionantemente bien escrita... y muy erótica.» Marcel Reich-Ranicki
«Cada escena, cada diálogo son exactos. Birgit Vanderbeke narra con tanto virtuosismo que hasta parece que vuelva a inventar el amor. Semejante inteligencia y sentido del humor son muy raros en la literatura alemana.» Werner Fuld, Tagesspiegel
«Birgit Vanderbeke tiene una inteligencia muy afilada y la utiliza para contar cosas complicadas de manera sencilla y compleja a la vez.» Annemarie Stoltenberg, Die Welt