En el cumpleaños de Jorge su tío le regala unos
patines muy chulis,magníficos, que ruedan sin
parar. Pronto Jorge nota que el patín derecho no le
hace caso, corre mucho, no se deja dirigir y además,
salta: el patín está loco, es mágico, no puede conel.
Jorge empieza a jugar empujando sólo el patín
izquierdo y de vez en cuando aprieta un poco el
derecho y entonces... ¡qué sustos!
La fiesta del pueblo se convierte en un corre-corre
de gigantes que huyen de Jorge, la gente sale de
estampida, no quirien saber nada de Jorge y sus
patine. Aquello pasa de castaño oscuro y Jorge
tendrá que encontrar una solución para patinar sin
tantos peligros.