• DEMONIOS EXTRANJEROS EN LA RUTA DE LA SEDA

    HOPKIRK PETER LAERTES, S.A. DE EDICIONES Ref. 9788475843032 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    La Ruta de la Seda, que unió la Roma imperial con la lejana China, fue durante siglos la mayor vía de comunicación de la Tierra. A través de eila viajaban preciosas cargas de seda, oro y marfil, así como nuevas ¡deas revolucionarias. Las ciudades-oasis florecían en torno a prósperos centros budistas...
    Ancho: 125 cm Largo: 200 cm Peso: 250 gr
    No disponible
    15,03 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-7584-303-2
    • Encuadernació : Rústica
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : HOPKIRK PETER
    • Traductors : GARCÍA-ROMEU, CAROLINA
    • Número de pàgines : 303
    • Col·lecció : NAN SHAN
    • NumeroColeccion : 53
    • Data d'edició : 01/04/1997
    • Any d'edició : 1997
    La Ruta de la Seda, que unió la Roma imperial con la lejana China, fue durante siglos la mayor vía de comunicación de la Tierra. A través de eila viajaban preciosas cargas de seda, oro y marfil, así como nuevas ¡deas revolucionarias. Las ciudades-oasis florecían en torno a prósperos centros budistas de arte y cultura.

    Con el tiempo empezó la decadencia. El tránsito disminuyó, los mercaderes se fueron y finalmente las ciudades se desvanecieron entre los desiertos de arena. Pero las leyendas sobre ciudades perdidas llenas de tesoros y guardadas por demonios no dejaron de crecer.

    Durante los primeros años de este siglo, exploradores extranjeros empezaron a interesarse por estas leyendas, e iniciaron una ambiciosa carrera en busca de los valiosos tesoros artísticos de la Ruta de la Seda. Grandes frescos, esculturas y preciados manuscritos fueron extraídos literalmente a toneladas, y aún hoy se encuentran esparcidos por museos de docenas de países. Peter Hopkirk nos cuenta en Demonios extranjeros en la Ruta de la Seda, con agilidad y amenidad, las historias de aquellos hombres intrépidos, que con un gran riesgo personal dirigieron esas largas incursiones arqueológicas, provocando la eterna ira de los chinos.