Tras la Revolución rusa, un joven se inicia en las actividades contrabandistas entre las fronteras de Ucrania y Rusia. A través de su mirada conoceremos los miedos, las alegrías, los peligrós, la dura vida de sus compañeros. El alma solitaria de héroe le irá apartando de sus amigos para terminar viviendo como una especie de lobo solitario en tierra de nadie, con la sola compañía de las estrellas, Una novela de aventuras, de amor, trepidante y sentimental y con un profundo mensaje espiritualista. Un texto que ha sido y sigue siendo uno de esos éxitos, silenciosos pero continuos, sobre los que crece lo mejor de la literatura contemporánea viva. Libro que forma parte de la memoria lectora de muchas generaciones y quiere y debe permanecer como un referente inolvidable para sus nuevos y fieles lectores.
Aquella era la primera vez que pasaba al otro lado. Éramos doce: yo, otros nueve contrabandistas, el "maquinista" José Trofida que conducía el grupo, y el hebreo Leo Cilinder, encargado de la vígiliancia de las mercancías. Nuestros fardos eran ligeros cada uno de catorce Kilos; pero eran voluminosos. La mercancía era de precio: medias, cintas, tirantes, corbatas, peines. Hundidos en la oscuridad, estábamos sentados a lo largo del estrecho y húmedo canal que costeaba el terraplén sobre el cual corría la carretera que va de Rakov a la línea. Detrás de nosotros, las luces de Pomerania; delante de nosotros estaba la frontera.