En esta serie de cuentos, reflexiones y poemas sobrecogedores, la imaginación y el lenguaje poético transforman unas realidades vividas en relatos de lo anticotidiano, donde lo "fantástico es lo real y lo real es lo fantástico". Ante los episodios trágicos de la vida, ante la muerte, la injusticia, la pobreza y el horror, Leonardo Boff nos ofrece el consuelo de un Dios misericordioso, omnipresente, "inefable y suave", que nos ayuda a aceptar y correr con el tren de la vida, en lugar de rechazarlo o correr frustrada e "ilusoriamente en su contra. "Todavía persiste en cada uno de nosotros un pedazo del paraíso perdido [...] Por eso podemos esperar que la llama nunca se apague y que la brasa todavía se mantenga viva bajo las cenizas".
Una obra llena de originalidad poética y simbólica, y de indudable interés teológico.