Ángeles y monstruos se embarcan en la nave de los locos: la pintura de El Bosco inicia su navegación hacia el archipiélago del inconsciente con su carga de supersticiones y de esperanzas, de sabiduría popular y refinado humanismo. El Bosco interpreta y caracteriza la crisis del hombre moderno, surgido de la larga Edad Media y enfrentado a un mundo nuevo, totalmente por descubrir. Los detalles fantásticos y grotescos, la humanidad agitada y surrealista, no deben hacer olvidar la extraordinaria sensibilidad pictórica del maestro, su gusto innovador por el paisaje, la capacidad de evocar emociones y estados de ánimo.