Lo que, sobre todo, hace de Putnam un gran filósofo es su empeño por hacer inevitable la reflexión. Una reflexión sincera y centrada en nuestras vidas. Y, en este sentido, la revisión de autores clásicos que propone este volumen no es simple nostalgia, deseo por recuperar un pasado imposible o un vacío volver a empezar. Del mismo modo, tampoco la discusión detallada de perspectivas filosóficas actuales busca el progreso seguro y rutinario dentro de una línea de investigación ya establecida. De Aristóteles a Dewey, de Peirce a James, en estos trabajos se discuten concepciones muy generales, se indagan las fuentes, se examinan las bases de nuestras convicciones y obviedades filosóficas más arraigadas. Más que enfrentarse directamente a los problemas filosóficos heredados en una u otra tradición, Putnam se esfuerza en mostrarnos la profundidad y las dificultades inherentes al mismo planteamiento de tales problemas. De ahí su preocupación por la historia de los conceptos y las controversias filosóficas. Y de ahí igualmente que sus textos nos fuercen siempre a dar un paso más, a arriesgarnos por nosotros mismos y a enfrentarnos una y otra vez con la pregunta decisiva: ¿cómo será, ha de ser y está siendo ya la filosofía del futuro?