Ningún juego es comparable al antiguo Tarot llamado «de Marsella», por ser el más conforme con la tradición y el más rico en sentido analógico de cuantos se conocen. El hermetismo de sus símbolos lo ha condenado durante muchos años al olvido.
Nada en este Tarot, cuya baraja completa se une al libro, ha sido dejado al azar: los dibujos dan sentido a los menores detalles, los colores son los apropiados a la idea principal de cada Arcano, y el conjunto revela una filosofía trascendental.