En este libro, Hans Jonas acomete toda una serie de cuestiones prácticas derivadas de la influencia que los espectaculares avances de las ciencias naturales han ejercido en la concepción de la ética entendida como doctrina de la "buena vida". ¿Desde qué extremo del amplio espectro tecnológico, pregunta Jonas, se puede iniciar la aplicación concreta de normas morales en este nuevo territorio de la responsabilidad? Sin duda, desde lo más próximo a nosotros, allí donde la técnica tiene al ser humano por objeto y puede hacerse responsable de nuestro conocimiento, de nuestro bien y de nuestro mal: es decir, en el ámbito de la biología y la medicina. Aquí, entre los hombres que se quedan solos consigo mismos, es donde la ética, para encontrar su camino, aún precisa muy poco conocimiento del gran mundo, del equilibrio local y global de la biosfera y del efecto a largo plazo de sus trastornos. Las "factibilidades" que ofrecen, sobre todo, los ambiciosos nuevos caminos de la técnica biogenética y médica, y que se refieren especialmente al principio y al fin de nuestra existencia, afectan a cuestiones últimas de nuestra humanidad: al concepto del bien humano, del sentido de la vida y de la muerte, de la dignidad de la persona y de la integridad de la imagen humana. Problemas, en fin, frente a los cuales el filósofo puede hacer ya que se produzca el encuentro de la ética con la técnica, sin necesidad de esperar a la (aún lejana) ciencia global del entorno.