1850-1914 se nos presente como un período con cierta entidad propia en el que se producen las transformaciones científicas, técnicas y económicas que darán lugar al mundo de hoy. Aunque es difícil hablar de cambios revolucionarios en economía, la concentración de descubrimientos y su aplicación práctica en un espacio de tiempo determinado, han permitido hablar a algunos autores de una segunda fase de la revolución industrial -científica-, contrapuesta a la primera, escencialmente técnica. La cascada de descubrimientos científicos, en el que uno da lugar a otros varios, sobre todo en las ciencias físicas y químicas, influirá en que con el desarrollo técnico aparezcan nuevas formas económicas que obtengan un rendimiento óptimo de su explotación. Los transportes y comunicaciones convertirán el planeta en un mercado mundial. La expansión de las Sociedades Anónimas, la Gran Banca y las Grandes Concentraciones industriales responderán a esas nuevas necesidades. El mundo que resulte en 1914, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, será más parecido al mundo de hoy que al de 1850.