El argumento de esta novela es simple y, poco a poco, aterrador, característico de la obra kafkiana. El agrimensor K. llega de noche a un pueblo perdido en las montañas para hacerse cargo de su trabajo. A partir de aquí, el relato de las vicisitudes del protagonista, en su relación con el castillo y las gentes del pueblo, va haciéndose alucinante, hasta un final en que seguramente morirá sin conseguir franquear las puertas del castillo.