El padre de Silvestre decide tomarse un año sabático y dedicarse a trabajar. Ahora bien, exige que durante ese año también cambie la vida de Silvestre: que haga deporte, se aficione al rock y salga con una chica. Después de algún concierto de rock y ciertos problemas, todo desemboca en un partido de fútbol que centra el mensaje de que cada uno ha de dedicarse a lo que sabe hacer.