Frente a las ciencias, la filosofía se ha presentado ante todo como su fundadora. En efecto, de Platón a Husserl la filosofía parece insistir en el intento de hacer posible un discurso esencial y primero, capaz de desplegar todas las posibilidades del saber. Ahora bien, este lazo está hoy roto. Después de Kant, los discursos fundadores, las filosofías primeras, las sintaxis explícitamente totalizantes han perdido su objeto. En su lugar se estructura un nuevo dominio: el de la historia del saber y su producción. En él halla su espacio la historia de las ciencias, cuya problemática es el punto de partida crítico para este estudio.